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| La ruta comienza a la altura de las fincas/caseríos propiedad de la familia Cano. |
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| Tras discurrir por caminos rurales públicos y atravesar un olivar, ascendemos por un camino forestal en buen estado de conservación bordeado por durillos, jara, chaparros... |
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| Amanecer desde el Castillo. Los autores del Blog madrugaron para poder estar a las 08:00 horas y con + 2º en el punto topográfico sito junto a la antigua torre contra incendios ubicada en este cerro. La recompensa: una maravillosa vista de Sierra Morena y contemplar el espectáculo de colores que ofrece el amanecer. |
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| Otra instantánea tomada desde el Castillo del Névalo. |
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| Primeros rayos de sol sobre la torre derruida de lo que antaño fue un punto de vigilancia de la ruta de los minerales hacia el puerto de Posadas. Desde los turdetanos, pasando por los romanos, por la conquista musulmana y la Reconquista Cristiana de la península Ibérica. El castillo es una invitación a todas aquellas personas que gusten de la Historia. |
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| El castillo se halla en un punto geográfico elevado de nuestro municipio. Con el objetivo adecuado, se puede obtener una imagen de la Luna a la salida del Sol. Un motivo más para que este sea un punto de referencia a los amantes de la fotografía. |
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| Las últimas lluvias y la humedad que casi todo el año persiste en la umbría de este cerro nos ofrece un contraste de colores típico de esta época. |
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| Sangre vegetal. Instántanea de resina congelada por las bajas temperaturas de estos días. |
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| Las briofitas (musgos y hepáticas) son los elementos botánicos que dan colorido al paisaje en Otoño e Invierno. |
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| Briofitas. |
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| Las Pteridofitas (Líquenes) cubren fustes, ramas, y rocas constituyendo el otro relemento de color del paisaje. |
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| Aunque presentes todo el año, es en esta época de mayor humedad cuando los líquenes desarrollan su fase reproductiva, exhibiendo unos organos denominados Sorelios. |
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| Imagen de la fructificación del Viborno o Durillo, que se puede observar en esta época en dicho sendero. |
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| A medida que descendemos hacia el curso del Névalo, es evidente que el Otoño-Invierno ha despojado de su follaje a algunos pies del género Quercus. |
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| Sin embargo el pinar (P. pinea) está frondoso y colorido en esta época del año en la cual también se produce la recogida de su fruto: la piña o estróbilo. |
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| Espectaculares en esta época son las variantes de los colores amarillos y rojos, ausentes el resto del año. En esta imagen hojas de Quercus. |
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| Es en esta época, y cuando las temperaturas se lo permiten, que vemos las evidencias de la actividad de la oruga procesionaria. |
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| Las acículas cel pino son el alimento de estas orugas. |
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| Aunque con un otoño seco, las últimas lluvias nos permiten observar todavía algunas setas. Escleroderma una vez esparcidas las esporas. |
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| Entre la hojarasca y en las cercanías de los arroyos encontramos también algunos de los denominados " peo de lobo". |
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| Espectacular colorido de Tremella mesenterica, un hongo gelatinoso que saprofita la madera. |
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| Llegamos al cauce del Névalo, que baja en estas fechas con el agua recogida del Zurianco y los diferentes arroyos del estos parajes, y podemos disfrutar del sonido y espectáculo del agua. |
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| Ya en el cauce, dejamos Quercus y pinos en un segundo plano, y son los viejos Fresnos los que sujetan la tierra de las orillas y dan sombra en Primavera -Verano. |
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| La espuma que genera el agua en su entrechocar salvando desniveles producidos por la presencia de formación rocosa atrae siempre nuestra atención. |
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| Para finalizar, el Eucalipto conforma también la vegetación de ribera junto a fresnos, adelfas y matorral espinoso. En nuestro recorrido hemos subrayado la riqueza del paisaje y de la flora y fauna de este enclave del municipio de Villaviociosa amén de haber dado un agradable paseo y quemado algo de las grasas acumuladas después de las fiestas navideñas. |
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| En cuanto a la avifauna objeto del sendero, pudimos disfrutar de haber visto algunas palomas, perdices, petirrojos y capuchinos... Pero el protagonista indiscutible en esta época de monterias es el Buitre común. No es dificil elevar la vista al cielo y ver una bandada de 20 o 30 ejemplares en busca de despojos de esta actividad cinegética. |
